martes, 28 de mayo de 2013

CARTA DE UN PADRE A LA PROMOCIÓN DE SEGUNDO DE BACHILLER DEL AMPARO SANZ (2013)


Amigas y amigos:
El acto de graduación, que tan espléndidamente organizasteis junto con vuestros profesores, provocó en nosotros muchas emociones, algunas de las cuales quisiera expresar en esta carta.
            Lo que el viernes 24 de mayo pudimos ver, escuchar y sentir (claro reflejo de lo que habéis sido y logrado estos últimos años) nos mueve a sentirnos felices, satisfechos y legítimamente orgullosos de todos vosotros.
¿Y qué es lo que vimos, escuchamos y sentimos ese día? No fueron pocas cosas, desde luego. Os diré algunas: camaradería, naturalidad, amistad, sentido del humor, creatividad, respeto (nada distante), visión positiva de la vida, alegría y la madurez suficiente para saber relacionaros de manera espontánea con los adultos. Fue un acto maravilloso en el que nos contagiasteis vuestras ganas de vivir. Yo diría que fue tan hermoso que resultó incluso sanador, pues el contacto con la belleza nos cura siempre.
Ahora quisiera, un poco al modo de Walt Whitman en el poema que cerró el acto, alentaros en vuestro futuro.
No os diré que no tengáis miedo, pues el miedo no se elije, viene. Pero sí os diré que no dejéis que os paralice. Eso sí está en vuestras manos, pues siempre (oídme bien, ¡siempre!) podemos decidir qué hacer con nuestras emociones. Lo hemos oído muchas veces: el héroe no es el que no tiene miedo, sino el que lo controla, respira hondo y salta al ruedo o al campo de batalla.
Habrá muchas voces (voces viejas, ya gastadas, de gente que quizá ha perdido el contacto con su ser) que en nombre del sentido común o del realismo os presenten un futuro sin horizontes. Escuchadlas, pero luego paraos y, en soledad serena, mirad qué os dicen esas voces: ¿os inspiran?, ¿os despiertan la esperanza? Si no es así, desechadlas inmediatamente y salid de nuevo al mundo buscando voces que sean reconocidas con dicha por vuestro corazón. Las hay, existen y, si permanecéis atentos, las oiréis.
Os ha tocado vivir un tiempo importante (porque es el vuestro) y peculiar. No diré difícil, pues con esa palabra quizá esté ya cediendo terreno al miedo. Un tiempo de transición, con la incertidumbre que eso suele provocar en el ser humano. Todo está cambiando a una velocidad de vértigo,  y ese cambio externo exige otro de actitud en cada uno de nosotros. ¿Qué nuevas actitudes nos pide el mundo que está por venir? A mí se me ocurren algunas: flexibilidad, apertura a lo desconocido, valentía, tolerancia, creatividad, esperanza.
Que esa naturalidad y frescura, ese corazón amoroso, esa alegría, ese respeto cercano…todo eso que vimos y sentimos el viernes 24 de mayo de 2013 y caló hasta lo más hondo de nuestros corazones, perviva siempre en vosotros. Echad mano de esas reservas de oxígeno cuando sintáis el frío, el miedo, la duda… Esas reservas os mantendrán en el camino que estáis llamados a recorrer para hacer el mundo más hermoso.
El mundo os espera, amigas y amigos, os necesita. Se siente viejo y por eso os llama a vosotros, hombres y mujeres jóvenes, plenos de vida, con la fuerza, el talento y el amor suficientes para levantarlo de su postración actual…O para alumbrar otro nuevo, a vuestra imagen y semejanza.

¡PRECURSORES, OH, PRECURSORES!